El metro de Santo Domingo, es el primer sistema de ferrocarril urbano subterráneo en la República Dominicana y segundo en el Caribe, el Metro de Santo Domingo utiliza un sistema de trenes Metropolis 9000 creado por la empresa Alstom, abrió sus puertas al público el 30 de enero de 2009.
Los usuarios del Metro de Santo Domingo utilizan una tarjeta de pago que pasa por un lector electrónico instalado en cada estación, el costo por viaje es de RD$20 y el de la tarjeta recargable RD$30. La tarjeta monedero podrá ser recargada en la boletería de cualquier estación con el valor que el usuario desee.
La planificación urbana en Santo Domingo ha alcanzado su mayor auge en los últimos 10 años y con la construcción del Metro de Santo Domingo, se confirma esta disposición de los diferentes gobiernos de estadado a través de los años, el mayor beneficio que representa el metro para la población dominicana es que viene a cubrir la necesidad de un transporte digno, seguro y económico que tanta falta hace en nuestra ciudad, siendo la más ambiciosa respuesta al problema del transporte público en la ciudad capital.
La línea número uno, va desde Villa Mella hasta el Centro de los Héroes, con sentido Norte-Sur, consiste de 16 estaciones y 14.5 kilómetros de longitud, el cual permite dar gran alivio al actual sistema de transporte público. Las excavaciones del metro han permitido también el saneamiento del drenaje pluvial por esas áreas.
El Metro de Santo Domingo consta con 5 líneas mas proyectadas en un futuro no muy lejano, ahora mismo se esta trabajando con una segunda linea, que se iniciará en Los Alcarrizos, y terminará en la Carretera Mella hasta San Luis. Esta nueva ruta tendrá 22 kilómetros y medio de longitud y 24 estaciones soterradas.
La verdad es que el metro de Santo Domingo no parece pertenecer a esta ciudad. La primera sensación, al bajar por las escaleras mecánicas, es como entrar en un gran y lujoso 'mall' subterráneo, donde todo parece más luminoso, moderno y limpio que en el exterior, como si estuvieramos en otro país que no es el nuestro, lo mejor sería que toda esta magia que nos ofrece el metro no se quede sólo entre sus subterraneos, vagones y pasillos, sino que siga más allá, creo que es la esperanza que tenemos todos los dominicanos.
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